"...Cantando Quiero Decirte..."
EN UNA NOCHE TAN LINDA COMO ESTA
El bolero borda peligrosamente la línea tenue que separa lo sobrio de lo cursi.
Y a veces la traspasa, no vayas tú a creer.
Es una característica nuestra como cultura de masas, es esa ingenuidad, que se aloja en el rinconcito más sentimental de nuestra almita latinoamericana.
Es la porción de Lila Morillo que llevamos dentro, qué le vamos a hacer.
Alguien señaló que lo cursi es la única elegancia históricamente posible en el subdesarrollo. Es la elegancia implacable de Agustín Lara.
Cierra los ojos y míralo, lánguido, una cicatriz rencorosa
le cruza la cara y tal vez el alma. Lara declaró en una entrevista:
"Soy ridículamente cursi y me encanta serlo.
Cualquiera que es romántico tiene un fino sentido de lo cursi
y no desecharlo es una posición de inteligencia
…. Vibro con lo que es tenso y si mi emoción
no la puedo traducir más que en el barroco
lenguaje de lo cursi, de ello no me avergüenzo…"
Fin de la cita…
Es el empalago confeso, como estrategia para abordar lo sublime partiendo de lo ridículo, Algunos títulos de boleros lo confirman:
La Guinda
Gotitas de dolor
El cuartito
Cinco centavitos de felicida
El retrato de mamá
Es Felipe Pirela cantándonos Amor se escribe con llanto, o la telenovela Los Ricos también lloran, y naturalmente, la famosa frase que vibró en una noche tan linda como aquella: “Amor con amor se paga”. Y es que así es el bolero, sacado de las entrañas de la vida misma, porque para bien o para mal, así somos y así seremos felices y ahora podremos cantar, aquella canción que dice así...